El líder les invitó a acercarse al pedestal y a tocar el libro. Anna, Fernando y Akio se miraron entre ellos con duda, pero decidieron seguirle el juego. Se acercaron al libro y lo abrieron por una página al azar. Lo que vieron les dejó boquiabiertos.
En la página había un texto escrito en un idioma que no reconocían, lleno de signos y símbolos extraños. Pero lo más sorprendente era que junto al texto había una imagen a color, que parecía una fotografía. Era una imagen de una ciudad futurista, con edificios altos y brillantes, coches voladores y gente vestida con trajes extraños.
-¿Qué es esto? -preguntó Anna incrédula.
-Esto es una profecía -respondió el líder-. Este libro contiene las visiones que Dios le dio a un profeta hace muchos siglos. Un profeta que vivió en esta tierra, antes de que llegaran los españoles. Un profeta que predijo el pasado, el presente y el futuro de la humanidad.
-¿Cómo es posible? -preguntó Fernando asombrado.
-Es posible porque Dios lo quiso así -dijo el líder-. Dios le reveló al profeta los secretos del tiempo y del espacio. Le mostró las maravillas y los horrores que habrían de suceder en el mundo. Y le ordenó que escribiera todo en este libro, para que fuera un testimonio y una advertencia para las generaciones venideras.
-¿Y cómo funciona el libro? -preguntó Akio curioso.
-El libro funciona con un mecanismo especial -explicó el líder-. En la tapa posterior hay una especie de engranaje arcaico, que se puede girar para seleccionar una fecha. Al hacerlo, el libro se abre por la página que corresponde a esa fecha, y te muestra lo que pasará o pasó en ese día.
-¿Podemos probarlo? -pidió Anna.
-Claro que podéis -dijo el líder-. Pero tened cuidado, porque lo que veréis puede ser perturbador o maravilloso. No todos están preparados para conocer la verdad.
El líder les dio la vuelta al libro y les mostró el engranaje. Era una rueda metálica con números grabados en ella. Les dijo que podían elegir cualquier fecha, desde el año 1 hasta el año 9999.
Anna, Fernando y Akio se miraron entre ellos, sin saber qué elegir. Al final, decidieron poner una fecha cercana: el 7 de julio de 2027. El día siguiente.
Giraron el engranaje hasta que coincidió con ese número y esperaron a ver qué pasaba.
El libro se abrió solo por una página y les mostró una imagen que les heló la sangre.
Era una imagen de un cielo rojo, lleno de humo y fuego. De él caían meteoritos gigantes, que impactaban contra la tierra con estruendo. La tierra estaba cubierta de ruinas y cadáveres. No había señales de vida ni de civilización.
Sobre la imagen había un texto en el mismo idioma extraño del libro, pero debajo había una traducción al español:
“Y en ese día, el Señor desatará su ira sobre la tierra, y la castigará por sus pecados e iniquidades. Y enviará sobre ella fuego del cielo, y la consumirá con llamas. Y no habrá quien escape de su juicio, ni quien se salve de su furia. Y será el fin de los tiempos, y el principio de las tinieblas”.
Anna, Fernando y Akio se quedaron sin palabras, mirando la imagen con horror. No podían creer lo que veían. ¿Era posible que eso fuera a pasar al día siguiente? ¿Era posible que ese libro fuera real?
El líder les observaba con una sonrisa siniestra.
-Ahora sabéis la verdad -dijo-. Ahora sabéis lo que os espera si no os unís a nosotros. Si no os convertís a nuestra fe. Si no seguís al verdadero Dios.
Anna, Fernando y Akio sintieron un escalofrío recorrerles la espalda. Se dieron cuenta de que habían caído en una trampa. De que el líder no era un hombre bueno, sino un fanático peligroso. De que el libro no era una profecía, sino una amenaza.
Y de que tenían que escapar de allí cuanto antes.


Deja un comentario