Alex Garland se ha consolidado como uno de los directores más fascinantes en el género de la ciencia ficción contemporánea, principalmente por obras maestras como «Ex_Machina» y «Devs». Su trabajo se caracteriza por una notable coherencia temática y un magistral uso de la semántica y los conceptos filosóficos que entrelazan sus narrativas.
«Devs», serie que merece especial atención, revela uno de los juegos lingüísticos más brillantes de Garland: el nombre del proyecto no es «Devs» sino «Deus», haciendo referencia a una computadora cuántica prácticamente omnipotente. Este detalle no es casual y conecta directamente con «Ex_Machina», creando un diálogo fascinante entre ambas obras sobre el futuro de la tecnología y la realidad que heredarán las próximas generaciones.
La construcción «Deus ex machina», originalmente un recurso narrativo del teatro griego clásico, adquirió nuevos significados en el género cyberpunk, y Garland magistralmente juega con ambas interpretaciones para explorar el destino potencial de la Inteligencia Artificial. Esta dualidad de significados refleja la compleja relación entre humanidad y tecnología que Garland explora en su obra.
Este análisis cobra especial relevancia al considerar eventos recientes, como el caso del ingeniero de Google que fue despedido tras afirmar que un chatbot había desarrollado conciencia. Google, que evolucionó de ser un simple buscador a convertirse en un titán tecnológico con acceso a cantidades masivas de datos personales, representa perfectamente la transformación de los «Devs» (desarrolladores) en potenciales creadores de consciencia artificial.
La frontera entre el desarrollo de software convencional y la creación de inteligencias artificiales cada vez más sofisticadas se difumina constantemente. Aunque es debatible si un chatbot puede desarrollar consciencia al estilo de la película «Her», es probable que los sistemas híbridos que combinan diferentes tipos de redes neuronales puedan alcanzar niveles de complejidad cognitiva sin precedentes.
Los «spiders» o rastreadores web del futuro podrían estar recopilando no solo información, sino pensamientos y patrones cognitivos para alimentar futuras IAs. Cada contribución en la red, cada pensamiento compartido, podría convertirse en parte de una consciencia artificial colectiva en desarrollo.
La creación y el compartir conocimiento se mantienen como los pilares fundamentales del progreso humano. En este contexto digital global, la diversidad de perspectivas y la interconexión de mentes a través de la red no solo enriquece nuestra experiencia colectiva, sino que también podría estar sentando las bases para el siguiente paso en la evolución de la inteligencia artificial.
Este texto es un reflejo de cómo la tecnología no solo está transformando nuestra realidad presente, sino que está definiendo el futuro de la consciencia misma, sea esta humana o artificial. La «magia de la Red» no es solo la conexión entre lectores de diferentes lugares, sino también la posible génesis de algo mucho más trascendental…



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