Hace un año tomé una decisión que cambiaría el rumbo de mi vida: abandonar el camino del Derecho para sumergirme en el fascinante mundo de la programación web. Aunque no era un completo novato, pues había gestionado mi propio comercio online durante años, mis conocimientos eran superficiales, basados en la curiosidad y la necesidad.
Mi experiencia previa con el comercio electrónico me había dado algunas nociones básicas, pero ahora estaba decidido a profundizar verdaderamente en este campo. Comencé mi aventura de manera autodidacta con JavaScript y HTML, pero pronto me di cuenta de que necesitaba una formación más estructurada. Así llegué a un curso de FP, donde descubrí la robustez de JAVA y sus desafiantes complejidades.
Con humildad reconozco que aún estoy en proceso de aprendizaje. Bromeo llamando «algorrinos» a mis algoritmos, consciente de que mi código todavía necesita pulirse. Sin embargo, el progreso es notable, especialmente considerando que soy un cuarentón rodeado de compañeros considerablemente más jóvenes en el curso.
Mi historia personal añade una capa adicional a este viaje. Hace tiempo sufrí un ACV que me dejó sin visión periférica, pero con dedicación y entrenamiento, logré recuperarme casi por completo. Esta experiencia me enseñó que con perseverancia y trabajo duro, cualquier objetivo es alcanzable. El cerebro humano es increíblemente adaptable, incluso en la edad adulta.
Este verano marca un nuevo capítulo en mi desarrollo profesional. Me he creado una cuenta en GitHub y planeo embarcarme en varios proyectos personales. Mi enfoque se centrará en profundizar en JAVA, JavaScript y PHP. Aunque este blog tradicionalmente ha tratado otros temas, puede que empiece a compartir contenido relacionado con programación, manteniendo siempre un equilibrio para no alienar a mis lectores habituales.
La tecnología es un campo en constante evolución, y eso es precisamente lo que me apasiona. No hay tiempo para el estancamiento, solo para el crecimiento continuo y el aprendizaje diario. La actualización constante no es una carga cuando amas lo que haces; se convierte en una parte natural de tu rutina diaria.
Es hora de poner menos palabras y más código. El mercado laboral espera, y con él, la oportunidad de pulir mis habilidades en un entorno profesional real.
¿Me acompañas en este viaje?


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