La Tierra gira alrededor del Sol a unos 107 mil kilómetros por hora, y no lo sentimos en nuestro ser. Lo que nos afecta es la aceleración, ese cambio brusco de velocidad es la que percibimos con claridad. En este 2020 metafóricamente nos está pasando esto. Y eso que en nuestra imaginación colectiva lo que ha pasado no solo era predecible, si no que estábamos artos de pronosticarlo. Desde los que están aún en la fase de negación de lo que pasa a su alrededor puedes encontrar todo tipo de conspiranoicos, pero lo curioso del tema es como en esta crisis ves cómo se alteran las posiciones. Como somos de insufriblemente contradictorios los humanos, publiqué un tweet en febrero sobre lo negro que se iba a poner el panorama y un par de conocidos me dijeron que solo era una gripecilla y era un exagerado…

un mes después ya estaban buscando culpables cada uno apuntando en la dirección que su ideología les hacía sentir más cómodos. Han sido tantas y tantas noticias que nos han hecho ver lo frágil que es toda la estructura. Y que sólo las naciones que son colaboradoras, que están en estructuras y organizaciones colaborativas más complejas, son las que tienen una mínima esperanza… y despues está China… No te puedes creer nada de ellos, todos los datos están para cogerlos con pinzas. Pero una cosa es cierta, su capacidad productiva es la que está haciendo con su trabajo que no se caiga todo el castillo de naipes, se mantengan los precios bajos y no falten suministros. El petróleo ha sido la gran estrella de lo que el sistema ha hundido en esta crisis y va a terminar su reinado con un poco de suerte en los próximos años. Siendo totalmente necesario e insustituible, pero no hegemónico. Un problema bestial para muchísimos países que han basado sus prosperidad en el zumo de dinosaurio. Y las relaciones humanas, los trabajos, las clases… Han aflorado personalidades y psiques que lo llevan mejor y otras fatal. Se estaña el contacto social anterior a la pandemia, la vida que teníamos y que era la columna vertebral de la economía española. Va tener que ser cambiada y repensada. Una respuesta desde cada uno de nosotros que con la llegada de fármacos y vacuna habrá que retomar la normalidad sin olvidar que esto es frágil y depende de nosotros. Este 2021 será difícil y muy largo también. Pero ya tenemos esperanzas en el horizonte y dependiendo a que nuestros gestores políticos se les ilumine la cabeza, tomen desiciones correctas de una vez y no solo pensando en ellos y sus negocios de colocación. ¡Os deseo unas felices fiestas y un prospero 2021!

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