3º Explorando los Secretos del Hermitage

Libro de visitas del Hermitage – Página 1284, Tomo 5

Las paredes del Hermitage guardan más que arte… Mientras recorro sus pasillos infinitos, noto cómo las pinturas parecen observarme con ojos vivos. Los artistas rusos han captado algo más que melancolía en sus obras; han plasmado una verdad antigua y terrible que resuena con las tradiciones oscuras de mi Japón natal. Las similitudes entre nuestros pueblos son más profundas y perturbadoras de lo que cualquiera podría imaginar.

La exposición sobre la fallida revolución bolchevique… hay algo en esas imágenes que me perturba. Entre las pinceladas de sangre y desesperación, creo ver símbolos familiares, patrones que se repiten en el libro que buscamos. Y esas esculturas eslavas… sus formas retorcidas parecen cambiar cuando las miras por el rabillo del ojo, como si cobraran vida en los márgenes de la percepción.

[Transcripción del mensaje de voz – tono alterado, respiración irregular]

Tres días sin noticias suyas, profesor. El silencio es ensordecedor. Sus indicaciones en el sobre… hay algo en la tinta que parece brillar bajo cierta luz, como si las palabras ocultaran mensajes más profundos. La sensación de ser vigilado se intensifica. En los espejos del hotel, a veces veo sombras que no corresponden a ningún objeto visible. No es paranoia cuando las paredes mismas parecen respirar.

[Investigación sobre las pistas]

La verdad se despliega como una telaraña oscura, cada hilo llevándonos más profundo en el abismo. Fernando «el Español» habló de los códices con una voz que temblaba al mencionar ciertos detalles. Las misiones entre el Paraná y el Ypané… no eran simples asentamientos. Los matrimonios entre españoles y princesas guaraníes crearon algo más que una nueva casta política; establecieron líneas de sangre destinadas a proteger conocimientos ancestrales que la Iglesia intentó enterrar.

La biblioteca oculta… los textos sugieren que no solo contiene libros, sino portales a conocimientos prohibidos. El volumen que tiene en su poder, profesor, es más que un simple libro. Es una llave, un fragmento de una verdad más grande y terrible.

La historia de Yuri sobre el barco filipino… la tormenta que lo hundió no fue natural. Los marineros supervivientes hablaron de luces rojas bajo el agua, de cantos en lenguas imposibles que surgían de las profundidades. El marinero que llegó a China con el «cargamento»… sus ojos nunca volvieron a ser los mismos. Dicen que en sus últimos días solo hablaba en lenguas muertas.

Y Anna… su hija. Hay algo en ella que trasciende lo humano. Su belleza es inquietante, como si fuera una máscara que oculta algo más antiguo y poderoso. La copia que me entregó… las páginas parecen vibrar con una energía propia, y los símbolos parece que se mueven cuando no los miras directamente.

[Diario Personal – Rumbo a Paraguay]

El viaje por la Ruta de la Seda se ha convertido en un descenso a la locura. Los trenes atraviesan paisajes que parecen distorsionarse bajo la luz crepuscular. El taxi que tomamos… el conductor tenía los mismos ojos sin iris que los hombres de mis pesadillas. Los coches que nos siguen no son de este mundo; sus siluetas se desdibujan como sombras en el agua, y sus ocupantes… prefiero no describir lo que he vislumbrado en sus ventanillas tintadas.

Anna traza rutas en mapas antiguos, pero no son simples líneas de viaje. Está dibujando patrones, símbolos que se corresponden con antiguas constelaciones, con lugares donde la realidad es más débil. Cada kilómetro que avanzamos nos acerca más a una verdad que quizás no estemos preparados para enfrentar.

La valija diplomática que llevamos… el libro en su interior pulsa como un corazón enfermo. A veces, en la quietud de la noche, puedo oírlo susurrar nombres de ciudades que dejaron de existir hace eones.

Profesor, si está leyendo esto, debe saber que lo que hemos descubierto va más allá de la historia oculta. Estamos desenterrando secretos que deberían permanecer enterrados, verdades que podrían desgarrar el velo de la realidad. Y tengo la terrible sensación de que ya es demasiado tarde para dar marcha atrás.

[Nota al margen, escrita con letra temblorosa] Los símbolos se repiten. En las pinturas del Hermitage, en los códices guaraníes, en los ojos de los que nos siguen. Todo está conectado. Todo forma parte de un diseño más grande, más antiguo que la humanidad misma. Y nosotros somos solo peones en un juego que comenzó antes del tiempo.

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